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viernes, 28 de enero de 2011

LIBRO: Vislumbres del CIELO


Antología de gratas meditaciones, testimonios personales, anécdotas y poemas que develan la vida eterna
Índice

Prólogo
Anhelo del Cielo
Vida después de la vida
Consuelo y refugio
Cesarán las lágrimas
Reencuentro con nuestros seres queridos
Cuerpos gloriosos
Aprender sin cesar
Un Cielo al alcance de nuestra comprensión
La Ciudad Celestial: ¡mansiones, niños, música y animales!
Conclusión

Prólogo
No es extraño que al hablar del Cielo la gente reaccione con sentimientos encontrados. Si bien muchos lo asociamos con un paraíso en el que pasaremos la eternidad, cuando corre grave peligro nuestra existencia física o la de algún ser querido tendemos a ver con gran aprensión el paso a la otra vida, como si el Cielo fuera un infierno que conviniese posponer todo lo posible.
Con esta colección de meditaciones, testimonios personales, anécdotas y poesías nos proponemos infundirle fe en que el Cielo existe de verdad y en que todos encontraremos allí la más completa satisfacción y un amor incondicional. La garantía de una futura morada eterna ayuda mucho a soportar las dificultades de la vida y, como dijera Shake­speare, nos proporciona una mentalidad celestial. Asimismo, dicha garantía nos permite emprender el viaje definitivo con la alegría del escolar que sale corriendo del colegio.
Los editores


Anhelo del Cielo


Hay mucha belleza allá.
Últimas palabras de Edison


El doctor Werner von Braun, pionero del programa espacial norteamericano, declaró que tenía motivos «esencialmente científicos» para creer en la otra vida. Lo explicó con estas palabras: «La ciencia ha descubierto que nada desaparece sin dejar rastro. La naturaleza no se extingue. Todo lo que se conoce se transforma. Si Dios aplica este principio fundamental a la parte más infinitesimal e insignificante del universo, es lógico suponer que la aplica también a la obra maestra de Su creación, el alma humana. Yo diría que sí lo hace.»


Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Sta. Teresa de Jesús


Si en medio de tanto pecado y muerte
Dios un bello mundo ha creado,
¡cuánto más hermoso será
el Paraíso esperado!

James Montgomery


El Cielo es la depositaría de la vida eterna.

Shakespeare


El amor reina en el campo, en la corte, en el vergel, pues el amor es Cielo, y el Cielo amor es.

Lord Byron


Aquella vida de arriba es la vida verdadera.

Sta. Teresa de Jesús


Cuando se acercaba el final de su vida, el autor de himnos religiosos John Newton exclamó: «Ahora estoy en la tierra de los moribundos; pronto estaré en la de los vivientes».


El inglés Miguel Faraday (1791-1867) es considerado uno de los mayores físicos experimentales. Cuando pusieron en tela de juicio sus conjeturas sobre la otra vida, repuso: «¿Qué conjeturas? Me apoyo en certidumbres. Sé que mi Redentor vive, y porque Él vive, yo también viviré».


No hay pesar en la Tierra que no pueda aliviar el Cielo.

Thomas Moore


Tan cierto como que una hora es una fracción de un día, la vida terrenal es apenas un fragmento de la eternidad.

Charles L. Allen [CLA]


Es indudable que no tiene nada de malo pensar en el Cielo y hablar de él. A mí me gusta averiguar tanto como pueda sobre él, ya que cuento con pasar allí la eternidad. Si me fuera a mudar a otra región de este país, me informaría sobre el clima, sobre quiénes tendría de vecinos, en suma, todo lo que pudiera saber al respecto. Esa suele ser la actitud del que se dispone a emigrar.
Dentro de muy poco tiempo todos vamos a emigrar. Pasaremos la eternidad en otro mundo. [...] ¿No es lógico, por tanto, que indaguemos con atención para ver quién se encuentra ya allá y cuál es la vía para llegar?

Dwight L. Moody


Es bueno hablar del Cielo, y meditar y leer acerca de él. Al fin y al cabo, allá pasaremos la eternidad. No es un paraje cualquiera: será nuestra morada eterna. Es natural, pues, que tengamos curiosidad por saber cómo es y qué apariencia tendremos al traspasar sus umbrales.

David Brandt Berg [DBB]


Ya podemos disfrutar del Cielo. Esperándolo con ilusión, pensando en él y leyendo sobre el tema podemos saborear la mitad de sus deleites.

DBB


Pensar en el Cielo nos infunde aliento y nos proporciona una mentalidad más celestial. Además, nos hace comprender que su existencia es real y que allí viviremos.

DBB


El Cielo es una ciudad sin cementerios.


Cómo será
desembarcar
y encontrarse en el Cielo.
Asir una mano
y descubrir que es la de Dios.
Respirar un aire desconocido
y comprender que es celestial.
Sentir renovadas fuerzas
y descubrir que se ha adquirido
la inmortalidad.
Pasar de la tempestad
a una calma incesante.
Despertar y hallarse en casa.


Es fácil entusiasmarse con el Cielo, aguardarlo con ilusión. Será algo así como la Navidad para los niños, la mejor Navidad que hayamos tenido.

DBB


El Cielo y el ámbito espiritual son mucho más reales, hermosos y perdurables que el mundo material que vemos con los ojos en este momento.

DBB


El Cielo será un lugar paradisíaco lleno de gente agradable que la pasa de maravilla.

DBB


¿Existe un país donde no haya pecado, delincuencia, desórdenes, derramamientos de sangre, enfermedades, muerte, dolor y angustia? En el Cielo no se da ninguno de esos males que aquejan a las naciones. En el país de Dios no existen fronteras, ni murallas, ni barreras divisorias; no hay discriminación racial; no hay soldados, ya que no hay guerra; no hay policía porque no hay delito ni pecado; no hay funerarias porque no se entierra a nadie; no hay médicos porque no se conocen fiebres, enfermedades ni epidemias; no hay ladrones porque no hay oscuridad. ¿Quién no va a aspirar a una patria tan superior y tan ideal en la que no existen separaciones conyugales, hogares deshechos, alcoholismo, cárceles, hospitales, mendicidad, ceguera, sordera, mudez ni pobreza? ¡Qué país! ¿Quién no va a anhelar el Cielo?

H. Lockyer


El Cielo será parecido a esta vida, pero mejor. Habrá las mismas bellezas y placeres, sin las desventajas; contaremos con todos los beneficios y ninguno de los inconvenientes.

DBB


En el Cielo podremos disfrutar de todo lo que queramos. Allí se hacen realidad todos los sueños, en tanto que sean buenos. ¡Haz ya tu pedido!

DBB


El Cielo es el estado supremo de dicha que satisface las aspiraciones más inmensas del corazón humano.

J.M. Ibáñez Langlois


Cuanto más apreciamos el Cielo, menos nos atrae la Tierra.

DBB


Si de veras comprendiéramos el Cielo, la vida en la Tierra se nos haría sumamente desdichada y decepcionante. Nos rebelaríamos contra nuestras limitaciones terrenas. Si viéramos el Cielo, no podríamos soportar la Tierra. Por eso es eterno: una vez que lleguemos allí sería muy doloroso tener que partir.

CLA


El Cielo es una residencia permanente. [...] Allí desempacamos y nos quedamos para siempre. [...] ¡Qué alegría será despertar en el Edén y comprender que llegamos a casa!

CLA


Vida después de la vida


La muerte no es la extinción de la luz; morir es apagar la lámpara porque ha llegado el alba.

Rabindranath Tagore


Abandonar esta vida es como pasar de una habitación a otra cerrando la puerta.

DBB


Cuando llegue la muerte —y tarde o temprano, nadie escapa de ella—, podemos tener la tranquilidad de que se hará presente como un amigo que nos conduce con afecto a nuestra morada eterna, el Cielo.

CLA


La muerte, para el cristiano, no es el gran susto, sino la gran esperanza.

Alberto Hurtado


Morir es pasar de una cárcel a un palacio.


Morir, para quien muere en Jesucristo, es saltar en el bajel que aporta a las playas eternas; es dormirse entre los hombres y despertar entre los ángeles.

A. Aparisi y Guijarro


Vivir es muerte; morir es vida. De este lado de la tumba somos exiliados; de aquél, ciudadanos. De éste, huérfanos; de aquél, hijos. De éste, cautivos; de aquél, libres. De éste, andamos de incógnito; de aquél, se proclamará abiertamente que somos hijos de Dios.

Henry Ward Beecher


Lo que llamamos vida es un viaje hacia la muerte. Lo que llamamos muerte es la puerta de la vida.


Para mí la muerte es despertar con alegría del agitado sueño que llamamos vida. Morir es ser rescatado de un mundo que, por bello que sea, no deja de ser tierra de cautiverio.

Lyman Abbott


Morir es mudarse de casa.

CLA


Me encuentro en la playa. Un navío despliega sus blancas velas en el fresco de la mañana y zarpa. Lo observo hasta que se pierde en el horizonte. Entonces alguien dice: «Desapareció». ¿Qué significa que desapareció? Yo dejé de verlo, pero no por ello dejó de existir. En el momento en que alguien lo pierde de vista, otros comienzan a verlo llegar y otras voces exclaman jubilosas: «¡Ya viene!» Así es la muerte.

Henry Scott Holland


Este mundo es semejante al pórtico; el venidero, al palacio.

El Talmud


La muerte, fin de nuestra peregrinación terrena, transformada por Cristo se convierte en el nacimiento eterno.

J.M. Ibáñez Langlois


La muerte es el encuentro del hijo con el Padre.

Alberto Hurtado


El padre del poeta inglés Robert ­Browning agonizaba. Contaba más de ochenta años. Su magnífico estado de ánimo alarmaba al médico que lo atendía.
—¿Sabe que se está muriendo? —preguntó el doctor a la hija en voz baja.
El padre lo oyó y respondió con una sonrisa:
—La muerte no es mi enemiga.


¡Paz, paz! No ha muerto.
No duerme.
Apenas ha despertado
del sueño de la vida.

El poeta romántico inglés Shelley a la muerte de su amigo John Keats


El apóstol Pablo escribió: «Las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven eternas» (2 Corintios 4:18). La carne muere; el espíritu vive para siempre.

DBB


El cuerpo no es tu verdadero ser. No es más que tu morada física. Tu verdadero ser es el espíritu que vive en su interior, el cual nunca morirá.

DBB


[El día de la muerte] vuelve el polvo a la tierra, adonde antes estaba, y el espíritu retorna a Dios, porque Él es quien lo dio.

Eclesiastés 12:7


Polvo eres y al polvo volverás; esto no se le dijo al alma.

Longfellow


Un conocido caricaturista dibujó en una ocasión un grupo de acongojadas orugas que trasladaban un capullo vacío a su última morada. Vestidos de luto, los gusanos lloraban pesarosos, mientras una bella mariposa revoloteaba alegremente sobre el lodo de la Tierra, libre para siempre de su cáscara terrena.
Huelga decir que el caricaturista se propuso representar un entierro típico y hacer ver que cuando fallece un ser querido es absurdo lamentarse por el capullo y fijar la atención en los restos mortales, olvidando la radiante mariposa.


Dios me salvará del poder de la muerte, pues me llevará con Él.

Salmo 49:15, Versión Popular


Un soldado declaró: «Cuando muera, que no toquen a silencio sobre mi tumba. Quiero que toquen diana, la llamada a levantarse en la mañana.»


Epitafio de Benjamín Franklin
Aquí yace el cuerpo del impresor Benjamín Franklin, como la cubierta de un libro añoso, con las páginas arrancadas y despojado de sus letras doradas. [...] No obstante, la obra en sí no se perderá. Tal como él creía, aparecerá una vez más en una magnífica edición corregida por el Autor.


La muerte no se debe temer, sino aguardar con ilusión. Lógicamente, tampoco debemos buscarla por nuestros propios medios, ya que el suicidio constituye la peor de las derrotas y rendiciones. Si somos pacientes para esperar a morir en el momento dispuesto por Dios, será el día más dichoso de nuestra vida. ¡Llegaremos a nuestra morada celestial y comprenderemos que todo valió la pena!

DBB


El postrer enemigo que será destruido es la muerte.

1 Corintios 15:26


El fin de esta vida no es sino el paso a un curso superior. Nuestra liberación, nuestra graduación, nuestra promoción. ¡Acabaron las clases! Terminamos un año escolar y pasamos a otro.

DBB


Aunque en este mundo tenemos muchos motivos por qué vivir, en la otra vida los hay más todavía. La muerte no priva de la vida, antes la enriquece.

CLA


Cuando Cristo me llame a la morada celestial, iré con la euforia del escolar que sale del colegio.

Adoniram Judson, primer misionero cristiano en Birmania


Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en Mí, no morirá eternamente.

Jesús [Juan 11:25,26]


En cierta ocasión, el célebre evangelizador Moody afirmó con su estilo optimista: «Un día leerán en la prensa que Moody ha muerto. No crean una palabra. En ese momento estaré más vivo que ahora. Simplemente habré ascendido a un plano más alto. Habré pasado de esta casucha de barro a una vivienda inmortal, un cuerpo inaccesible para la muerte.»


Porque Yo vivo, vosotros también viviréis.

Jesús [Juan 14:19]


¡Oh muerte! ¿Por qué te han pintado con tan negros colores, cuando eres tú el único rayo de esperanza que nos alumbra en la carrera de la vida?

P. Mariana


Señor, cuando veas que mi misión ha concluido,
no me dejes en la Tierra
con mis facultades menguantes,
pasando las horas muertas,
inactivo en un mundo activo.
Da la orden. Dilo.
Llámame a casa
y acudiré jubiloso.
Llámame a casa
y acudiré jubiloso.

John Oxenham


No viviré hasta que contemple a Dios. Una vez que lo contemple, jamás moriré.

John Donne


Sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los Cielos.

2 Corintios 5:1


Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.

Jesús [Mateo 22:32]


Jesús dijo: «El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza» (Mateo 13:31). Así como la planta crece a partir de la semilla, esta vida es el principio y no el fin. Cuando el espíritu se libera del cuerpo, seguimos viviendo.

CLA


Dijo Jesús: «Voy a preparar lugar para vosotros» (Juan14:2). En la otra vida no entramos en calidad de extraños. Se nos espera y se nos prepara un lugar. Se nos aguarda con impaciencia.

CLA


Consuelo y refugio


En el momento de morir, el alma queda libre de dolores, fatigas, dolencias y limitaciones corporales y da comienzo a su vida más excelsa. La muerte es el comienzo de una vida superior.

CLA


La vida terrena
es continuo duelo;
vida verdadera
la hay sólo en el Cielo.

¿Quién es el que teme
la muerte del cuerpo,
si con ella logra
un placer inmenso?

Sta. Teresa de Jesús


En la muerte se entierran todos nuestros pesares.

DBB


La muerte es la más eficaz de las curaciones. Procura, pues, no preocuparte por ella. Al morir quedamos definitivamente sanos. El cuerpo que ocupábamos deja de existir y nos vemos libres de él. A partir de ese momento no conocemos más enfermedades ni molestias. No volvemos a experimentar dolor, porque nos hallamos en un cuerpo glorioso. ¡Hemos adquirido un nuevo modelo!

DBB


El salmo veintitrés siempre es fuente de consuelo en momentos difíciles. Nos garantiza que el Señor nunca nos abandonará ni nos dejará huérfanos. Que aunque andemos en valle de sombra de muerte, estará con nosotros. Nos acompaña en esos momentos para consolarnos y conducirnos a una vida nueva y eterna.

DBB


SALMO 23
El Señor es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma;
me guiará por sendas de justicia por amor de Su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno,
porque Tú estarás conmigo;
Tu vara y Tu cayado me infundirán aliento.
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor moraré por largos días.


¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?

1 Corintios 15:55


Dios oculta a los hombres la felicidad que trae la muerte para que puedan soportar la vida.


Cesarán las lágrimas


¿Te imaginas un mundo donde ya no haya muerte, dolor, hambre, temores, pesar, llanto ni enfermedad? ¿Un mundo en el que todo sea dicha y deleite? ¿Una sociedad en la que todos laboren en armonía, solidaridad y amor? ¡Así es el Cielo!

DBB


¡Gracias a Dios por el Cielo! ¡Allí podremos solucionarlo y corregirlo todo!

DBB


En el Cielo entenderemos el porqué de nuestros padecimientos terrenos. El apóstol Pablo lo explicó así: «Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido [por Dios]» (1 Corintios 13:12).

DBB


Uno de los versículos más hermosos de la Biblia es Apocalipsis 21:4: «Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron».

DBB


La razón de ser del Cielo es en esencia aliviar los sufrimientos, dolores, muerte y lágrimas que sobrellevamos en el mundo como consecuencia de las maldades de la humanidad. Por eso dice Dios que en el Cielo no habrá más dolor, muerte ni llanto.

DBB


Destruirá a la muerte para siempre, y enjugará el Señor toda lágrima de todo rostro.

Isaías 25:8


Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; [...] y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.

Apocalipsis 7:16,17


Sí habrá lágrimas en el Cielo, porque Dios las enjugará todas. Es indudable que muchos lloraremos al llegar allí y darnos cuenta de lo que costaron nuestros errores y cuánto se perdió a causa de ellos. Sin embargo, Dios enjugará ese llanto y nos consolará y nos alentará con vistas al futuro, a fin de que olvidemos el pasado. Es cierto que habrá lágrimas, pero Dios las enjugará todas con Su gozo. Tocarán a su fin los lamentos y el tiempo; ¡sólo restará una eternidad de dicha!

DBB


Al despuntar el alba gloriosa del Cielo, todas las decepciones, sueños frustrados y experiencias sombrías no tardarán en caer en el olvido y desvanecerse cual pesadilla.

DBB


Allí los impíos dejan de perturbar, y allí descansan los de agotadas fuerzas.

Job 3:17


El único sitio donde estaremos totalmente libres de dolor será el Cielo.

DBB


No habrá peligros, contaminación, destrucción ni ninguno de esos males tan frecuentes hoy en día. Todo será divino, hermoso y natural, tal como cuando Dios creó la Tierra.

DBB


La sociedad celestial será regida equitativa y rectamente, con auténtica libertad, paz, abundancia y felicidad para todos. Isaías profetizó que en aquel día «volverán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra» (Isaías 2:4).

DBB


No existirán armas ni contiendas y matanzas horrendas como las de la actualidad. Por fin habrá Alguien que gobierne con justicia. Ya no habrá corrupción, ni vicio, ni crimen, ni soborno, ni políticos deshonestos, sino un gobierno recto, y justicia y equidad para todos.

DBB


[Dios] juzgará a los afligidos del pueblo, salvará a los hijos del menesteroso. [...]
Él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra.

Salmo 72:4,12


No habrá más grandes potencias ni pobres oprimidos, sino igualdad total y felicidad perdurable. De modo que si todavía buscas la ciudad y el gobierno perfectos, en un país ideal con gente infalible, espera un poco más; ¡no falta mucho!

DBB


Reencuentro con nuestros seres queridos


Una de las maravillas del Cielo es que estaremos una vez más con seres queridos que pasaron a mejor vida. Allí tendrá lugar el mayor reencuentro familiar posible. En un mismo momento y lugar nos reuniremos y nos regocijaremos con nuestros parientes y antepasados. ¡Por fin juntos!

DBB


Con harta frecuencia la gente me pregunta si creo que en el Cielo nos reconoceremos unos a otros. En muchísimos casos se trata de madres que han perdido a un hijo y desean verlo de nuevo. Otras veces es un hijo que ha perdido a su padre o a su madre. En todo caso, desean reconocer a ese ser querido en el Cielo. La respuesta a esa pregunta está en un versículo que dice: «Estaremos satisfechos» (Salmo 17:15). Me basta con saber eso. A mi hermano, que subió al Cielo el otro día, lo veré, porque estaré satisfecho. Veremos a todas las personas que amamos en este mundo. Y si las amamos en la Tierra, cuando las veamos allá las amaremos diez mil veces más.

Dwight L. Moody


No es la muerte la que nos roba los seres amados. Al contrario, ella nos los guarda y los inmortaliza en su adorable juventud. La muerte es la sal de nuestro amor.

François Mauriac


Al morir no nos transformamos en espíritu sin cuerpo. En la grandiosa creación de Dios existe un lugar donde podremos estar nuevamente con los seres queridos a los que hemos perdido por un tiempo.

CLA


El apóstol Juan nos recuerda que todo amor procede de Dios. Y como es imposible enterrar el amor dentro de un ataúd, las hermosas relaciones que se interrumpen en la Tierra se reanudan en casa del Padre, donde, por pertenecer a una misma familia, moraremos juntos en perfecta armonía.

H. Lockyer


Fragmento de una carta de Benjamín Franklin a la viuda de su hermano John, fechada el 22 de febrero de 1756

Estimada cuñada:
Te acompaño en el sentimiento. Hemos perdido a un pariente muy querido y lleno de mérito. No obstante, es voluntad de Dios y de la naturaleza que cuando le llegue al alma la hora de acceder a la auténtica vida, deje atrás el cuerpo mortal. Éste no es sino un embrión, un estado preparatorio para la vida.
El hombre no nace del todo hasta que muere. ¿Por qué lamentarnos de que haya nacido una criatura entre los inmortales, de que se haya sumado otro ciudadano a tan dichosa sociedad?
Dios muestra Su bondad y benevolencia al prestarnos el cuerpo. Cuando éste deja de servir para el propósito que fue creado y proporciona dolor en vez de placer… cuando en lugar de ser de utilidad se vuelve un estorbo, Dios nos manifiesta igual bondad y benevolencia al darnos un medio de deshacernos del cuerpo.
Así es la muerte. [...] No hay motivo para que nos lamentemos, pues en breve habremos de seguir a John, y sabemos dónde encontrarlo.


Si tienes a un ser querido en el Cielo y suspiras por verlo, no desesperes; lo volverás a ver. Volverás a oír esa voz que te era tan grata. Esa persona con quien tuviste tanta afinidad en la Tierra no ha perdido su identidad; sigue siendo la misma. En un instante tú y ella se reconocerán mutuamente para no volver a separarse. Sólo se perdieron por un tiempo.

H. Lockyer


En el Cielo no hay adioses.


No acepto la idea de enterrar en la tierra insensible corazones que aman.

Edna St. Vincent Millay


MI SUEÑO DEL CIELO

Ignoro en qué consiste el Cielo. Sin embargo, hace tiempo que sueño con sus colinas violáceas, luminosas praderas floridas de inmarcesible belleza, arroyos de risas, ríos cantarines y palacios de amor eterno. [...] Hace tiempo que sueño con torres de ópalo y cúpulas relucientes. De todos modos, ¿qué me importa que haya puertas de perla y calles de oro, si puedo reencontrarme con las personas a las que amé y que llenaron de bendición mi vida, contemplar el rostro en gloria de mis padres y del hermano fallecido? [...] ¿Qué más me da tener una corona cuajada de estrellas o un arpa de oro si puedo amar a mis seres queridos y reír y cantar con ellos para siempre ante la sonrisa de mi Salvador y mi Dios?

Bob Taylor


Cuerpos gloriosos


No podremos hacernos una idea precisa de la esplendidez del Cielo hasta que comprendamos lo espléndidos que seremos allí cada uno.

DBB


El cuerpo terrenal es torpe y pesado en todos sus movimientos y funciones. Le faltan energías y no tarda en fatigarse con la acción. Sin embargo, los cuerpos gloriosos que tendremos en el Cielo tendrán la viveza del fuego y serán tan ágiles y activos como el pensamiento.

John Wesley


No dejarás de ser tú mismo. Tendrás un aspecto sumamente parecido, aunque mejor, ¡mucho mejor!

DBB


Nuestros cuerpos gloriosos serán parecidos a los actuales, pero mejores. Tan parecidos que nos reconoceremos unos a otros. Conservaremos muchas de nuestras características.

DBB


En el Cielo tendremos cuerpos de la misma marca, pero distinto modelo. Nuestro organismo natural decadente y gastado volverá al polvo. ¡Lo canjearemos por un flamante modelo celestial!

DBB


Cuando Jesús resucitó de entre los muertos seguía teniendo el mismo aspecto físico, se sentía igual y era capaz de comer, beber y hasta cocinar, como cuando estaba en la Tierra. Dijo a Sus discípulos: «Mirad Mis manos y Mis pies [traspasados], que Yo mismo soy; palpad y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que Yo tengo» (Lucas 24:39). Sus seguidores podían tocarlo además de verlo; sin embargo, ¡tenía un cuerpo milagroso y sobrenatural!
Ese nuevo cuerpo glorioso tenía asimismo la facultad de materializarse y desvanecerse, de aparecer y desaparecer. Estaba dotado de sutileza, es decir, podía pasar de una dimensión a otra y atravesar puertas y sólidos muros. (V. Juan 20:19,26)

DBB


Nuestro cuerpo será como el de Jesús después que resucitó. Cada uno de nosotros tendrá un cuerpo glorioso y eterno. Será de la misma hechura que el actual, de carne y hueso. Eso sí, serán carne y huesos eternos, incorruptibles e inmortales. Serán materiales, naturales. Se podrán reconocer, ver y palpar. (V. 1 Juan 3:2.)

DBB


Todos los placeres de esta vida física tendrán continuación en la próxima, ya que poseeremos un cuerpo similar al actual, aunque mucho más espléndido, maravilloso y sobrenatural. Podremos comer, beber, solazarnos y entretenernos sin conocer jamás el dolor, la enfermedad, la fatiga o la muerte.

DBB


De los relatos de quienes han vislumbrado el Cielo en visiones y revelaciones se infiere que allí continuaremos madurando. Quienes llegan en su juventud avanzan hacia la madurez, mientras que los ancianos aparentan ser de edad mediana, estar en la flor de la vida.

DBB


Aprender sin cesar


En la otra vida seguiremos aprendiendo. Continuaremos desarrollándonos. No habremos alcanzado la plena perfección. Ese es el objeto del futuro: continuar el proceso que iniciamos en este mundo. ¡A todos nos queda mucho que aprender!

DBB


Dios tendrá mucho que enseñarnos en el Cielo, cosas que no aprendimos en esta vida.

DBB


Al contrario de lo que se suele creer, en el momento en que lleguemos al Cielo no lo sabremos todo de pronto. De lo contrario seríamos como Dios, omniscientes.
Dios nos ha dado el remanente del tiempo, es decir, la eternidad para que continuemos nuestro aprendizaje y tengamos una ocupación en el más allá. Podremos ilustrarnos más sobre el pasado, comprender el motivo por el que sucedieron ciertas cosas, así como la lógica y los designios de Dios y el sentido de todo.

DBB


La eternidad es un aprendizaje constante. Otro curso, otra etapa, una ocasión de hacer lo que no hicimos y de aprender lo que no llegamos a aprender. ¡Gracias a Dios por la eternidad! Seguramente todos tenemos cantidad de malas costumbres que corregir y muchas deficiencias que compensar. ¡Quién sabe si Dios nos dará a cada uno la oportunidad de encontrarnos con las personas a las que agraviamos para pedirles perdón y restituir la armonía!

DBB


Pablo señaló: «Nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar» (1 Timoteo 6:7). Se refería a las posesiones y riquezas materiales. Lo que sí nos llevaremos con nosotros al otro mundo serán los conocimientos, experiencias y formación que hayamos adquirido en esta vida.

DBB


En el Cielo, Dios nos revelará lo que dispuso ocultarnos en la Tierra.


Muchas cosas serán diferentes, pero bastantes serán como ahora, lo suficiente para que podamos aprovechar buena parte de los conocimientos, talento y experiencia que ya tengamos. Dios no permitirá que caigan en saco roto.

DBB


La vida presente es la escuela en la que adquiriremos práctica en la profesión que desempeñaremos al licenciarnos.

DBB


Podremos viajar hacia el pasado y hacia el futuro, ver lo que ha sido y lo que será, además de vivir el extraordinario presente. Veremos, oiremos, sentiremos y experimentaremos los sucesos de otros tiempos de la manera exacta en que sucedieron.

DBB


Probablemente Dios dejará que le hagamos preguntas para averiguar algunas cosas que siempre nos intrigaron. ¡Qué maravilla! Podremos conocer a personas que han vivido a lo largo de la Historia y conversar con ellas.

DBB


El Cielo no es el fin; ¡es apenas el principio!

DBB


Un Cielo al alcance de nuestra comprensión


Muchos tienen la idea de que en el Cielo nos pasaremos el tiempo flotando en una nube tocando el arpa como unos santitos y que eso es todo lo que haremos. Y, claro, ¡no lo encuentran muy atractivo! ¡Gracias a Dios que no es así!

DBB


El Cielo no es un estado ni una situación. Es un lugar. Jesús prometió: «Voy a preparar lugar para vosotros. En la casa de Mi Padre muchas moradas hay.» (Juan 14:2)

CLA


El Cielo es un sitio bastante natural, lógico y al alcance de nuestro entendimiento.

DBB


El Cielo no es tan extraordinariamente distinto a nuestra existencia que no podamos entenderlo o imaginárnoslo. De lo contrario, al llegar estaríamos completamente desorientados.

DBB


Al descubrir que en el Cielo todo es bastante normal y natural, bastante parecido a esta vida, nos llevaremos una gran sorpresa. Claro que será mucho mejor, bastante más hermoso y sobrenatural. Además, exento de las penalidades, dificultades, tribulaciones, padecimientos, lágrimas y dolores que experimentamos en este mundo. No obstante, guardará suficiente similitud con nuestra vida presente como para que nos adaptemos bien al cambio y no suframos un choque cultural. No será tan diferente a lo que ahora conocemos, salvo que no habrá pesares ni maldad.

DBB


El Cielo no es el eterno reposo, sino la vida eterna.

CLA


Que no me digan que nuestros seres queridos difuntos no están haciendo nada, que viven en un continuo descanso libres de todo cuidado. Eso sería el infierno, no la gloria.

Campbell Morgan


Es preciso apartarse del concepto tradicional de que en el Cielo las almas salvadas disfrutan de vacaciones perpetuas mientras tocan el arpa y entonan cánticos incesantes.

H. Lockyer


El universo material [...] hasta el último de los electrones está en movimiento. Es indudable que el Cielo rebosa de actividad. Los soles y los planetas se desplazan por el infinito a una velocidad pasmosa. No puede haber nada más extraño a la verdad que la clásica idea de que en la gloria la gente se la pasa inactiva u holgazaneando. La vida sobrenatural no es ociosa y estática. Es ilógico pensar en un Cielo en el que uno se pase el tiempo sentado a la sombra de un árbol o en las riberas del Río de la Vida tañendo el arpa, ¡en una eternidad sin objeto! [...] Sería inconcebible que Dios nos instalara en otro mundo sin otorgarnos poderes físicos y mentales nuevos y ampliados y sin encomendarnos tarea alguna.

Leewin B. Williams


No descansaremos de nuestras obras, sino de nuestros trabajos y de nuestras fatigas. Será una labor sin fatiga ni sufrimiento.

DBB


Tendremos muchísimo que hacer, pero será mucho más fácil que en este mundo. No habrá pesares, enfermedades, dolor, cansancio, muerte, lágrimas ni clamor. Así la vida sí que resultará más fácil. Aunque el Cielo será un descanso en comparación con nuestra existencia actual, también tendremos cometidos que realizar. ¡De lo contrario terminaríamos por ser infelices!

DBB


Pasarse la eternidad descansando sería el colmo del aburrimiento. Sin nada que hacer, sin obligaciones, la vida se tornaría una pesadez insoportable. En el Paraíso reina la belleza, […] porque es un lugar donde nos perfeccionamos constantemente.

CLA


Después de la muerte se nos da otra oportunidad de alcanzar la plenitud de nuestra vida particular. La vida eterna supera toda limitación humana.

CLA


Siento en mi interior la vida futura. Soy como un bosque arrasado: los brotes tiernos son más fuertes y luminosos. Con toda seguridad me elevaré a los cielos. [...] Cuanto más me acerco al fin, más nítidamente resuenan en mis oídos las sinfonías inmortales de mundos que me llaman. Llevo medio siglo expresando mis pensamientos en prosa y en verso: historia, filosofía, drama, novela romántica, tradición, sátira, oda y canción. He probado todos esos géneros. Sin embargo, no he llegado a expresar la milésima parte de lo que albergo en mi corazón. Cuando descienda a la sepultura, podré decir —como otros— que ha concluido mi jornada. Lo que no podré decir es que mi vida ha terminado, pues a la mañana siguiente reemprenderé mi labor. La fosa no es un callejón sin salida, sino una puerta. Se cierra en el crepúsculo y se abre con la alborada.

Víctor Hugo


Morir es lo contrario de jubilarse. Jesús hizo una promesa a quienes son fieles en esta vida: «Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor» (Mateo 25:23). La muerte es la liberación del alma, por la cual ésta queda habilitada para una vida más activa.

CLA


En la vida futura seguiremos contribuyendo al perfeccionamiento del universo, máxima aspiración de Dios. [El objeto de la vida] es ayudar al Creador en el gobierno del universo. En la morada de los bienaventurados cada uno estará constantemente atareado y el ambiente será ideal en todo momento para llevar a cabo la labor que Dios le asigne.

Edwin Markham


La Ciudad Celestial: ¡mansiones, niños, música y animales!


El paraíso que Dios ha preparado, la portentosa Ciudad Celestial, viene descrito de forma clara y detallada en Su santo Libro, la Biblia. Los dos últimos capítulos del Apocalipsis, que contiene las profecías del apóstol Juan, versan sobre este fascinante tema. ¡Se trata de un lugar tan asombroso, tan increíblemente bello, que supera toda descripción!
Es la mayor ciudad jamás concebida, ¡y la edificó el propio Dios! Mide unos 2.500 km de ancho por otro tanto de alto. Su belleza cristalina resplandece con una luz dorada. Por doquier se aprecian las moradas de oro que Dios preparó para nosotros.
Las calles son de un luminoso oro transparente. La urbe está rodeada por una alta muralla con doce puertas de nácar, destinadas a evitar la entrada de quienes aún no estén en condiciones de ingresar.
Tras dichas puertas relucientes se encuentra el Paraíso de Dios, por cuyos parques serpentea grácil el Río de la Vida. En sus orillas niños ríen y juegan con mansos animales. Los seres queridos que nos precedieron nos aguardan allá.

DBB


En el Cielo, cada uno tendrá su residencia particular. Antes de abandonar este mundo, Jesús explicó a Sus discípulos que iba a preparar un lugar para ellos y para todos los creyentes que habrían de venir después: «En la casa de Mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a Mí mismo, para que donde Yo estoy, vosotros también estéis.» (Juan 14:2,3.) ¡Un día de éstos, seremos dueños de una mansión que no nos costará nada ni tendrá gastos de mantenimiento!

DBB


Cuesta imaginar un Cielo sin niños. ¡No sería el Cielo!

DBB


¡Qué aburrido sería el Cielo sin niños! Imagínense lo qué nos pasaría. Nos volveríamos todos viejos, nos aletargaríamos y ahí acabaría todo. Una vez que crecieran todos los ya nacidos, al lugar le faltaría vida sin nuevas generaciones de niños. De no haber niños, sería una sociedad muerta.

DBB


Será el lugar ideal para criar niños. Todo será como debía haber sido en un principio: el ambiente perfecto, sin dolor, peligros, accidentes, muerte ni los horrores de este mundo. Los bebés no tendrán que llorar. Sus necesidades estarán plenamente satisfechas. Podremos leerles el pensamiento y no tendremos que adivinar qué les hace falta. Imagínense la cantidad de ventajas de criarlos allá. ¡Será un verdadero placer!

DBB


Tener niños y criarlos aporta nuevo sentido y nueva vida al Cielo. No será el fin, sino el principio.

DBB


[En el Cielo] los niños caminarán sobre hierba fresca y mullida en medio de arrayanes, saborearán deliciosos frutos sanadores y beberán aguas de extrema frescura en el Río de la Vida. Tendrán espacio de sobra para esparcirse, bañarse, saltar y correr, y adondequiera que dirijan la vista se toparán con los ojos sonrientes de Cristo.

Thomas Moore


La música seguirá constituyendo una parte muy importante del ambiente en que nos movamos. En la Biblia, Dios habla de coros de ángeles y dice que en el Cielo se canta. Tendremos los mejores coros, las mejores bandas y orquestas, la mejor música que haya conocido el mundo. El mundo ni sabe lo que es música. ¡Lo suyo no es nada comparado con lo que vamos a escuchar! Si el hombre es capaz de componer música tan hermosa con sus instrumentos artificiales, ¡háganse una idea de lo que puede lograr Dios por medios sobrenaturales!

DBB


Los músicos pueden aspirar a tocar con sus mejores colegas de todos los tiempos. ¡Hasta podrán formar su propia banda u orquesta!

DBB


En el Cielo habrá animales. El profeta Isaías dijo: «Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; [...] y el león como el buey comerá paja» (Isaías 11:6-9.)

DBB


Dios puso muchos animales en la Tierra para que fueran nuestros amigos, jugásemos con ellos y nos hicieran compañía a nosotros y a nuestros niños. En el Cielo seguiremos disfrutando de ellos.

DBB


Cuando veamos lo que Dios nos tiene reservado, concordaremos con el apóstol Pablo en que «cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre son las que Dios ha preparado para los que le aman» (1 Corintios 2:9). Cosas que ni nos habíamos imaginado que pudieran ser tan bellas y espléndidas.

DBB


Conclusión


En estas páginas hemos presentado numerosos aspectos del Cielo. Sin embargo, han quedado algunos interrogantes por responder. El más importante tal vez sea: «¿Cómo puedo saber a ciencia cierta si voy a ir al Cielo?» La mayoría de la gente desea ir, pero si se exige una respuesta, pocos tenemos la certeza de que reunimos las condiciones para ello.
El propio Dios, que movido por amor nos engendró y creó la vida, el universo y el Cielo del cual acabamos de leer, nos ha dado todas las facilidades para reservar una plaza allí. Esas facilidades se resumen a la perfección en un versículo bíblico muy sencillo, pero a la vez de capital importancia:

De tal manera amó Dios al mundo [a cada uno de nosotros] que ha dado a Su Hijo unigénito [Jesús], para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Palabras de Jesús en Juan 3:16

Dios nos a ama a cada uno de un modo muy especial. Sabe que la única manera de que seamos verdaderamente felices y alcancemos la plena satisfacción es que vivamos con Él por la eternidad. Para hacer esto posible, envió a Su Hijo Jesús y le pidió que viviese y muriese por nosotros y nos manifestase Su amor. Jesús es el puente entre esta vida y el Cielo.
Estimado lector, no vaya usted a pensar que es tan malo que no podrá ir al Cielo. Dios sabe todo lo que usted ha hecho, dicho o hasta pensado en su vida, y aun así lo ama incondicionalmente. El Cielo está atestado de pecadores, es decir, de gente que obró mal pero pidió perdón a Dios. Todo lo que Él nos pide es que le manifestemos arrepentimiento y le abramos las puertas de nuestra vida.
¿Le gustaría saber con seguridad si irá al Cielo? En ese caso, no tiene más que hacer con sinceridad esta sencilla oración:

Jesús, deseo conocerte y vivir para siempre en el Cielo. Sé que he cometido errores y que he hecho cosas que no estaban bien. Perdóname. Aunque soy consciente de que no lo merezco, acepto Tu amor y te ruego que me permitas estar contigo en el Cielo. Hazte parte de mí. Ayúdame y dame paz interior.

Dios ha prometido responder nuestras oraciones; así que ¡ya tiene reservada plaza en la gloria! ¡Que Dios lo bendiga con una eternidad maravillosa y plena de satisfacción! ¡Nos vemos allá!

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