TRADUCTOR DE LA PAGINA EN OTROS IDIOMAS

jueves, 2 de junio de 2011

Vive comprometido

En 1939, un joven de veinticinco años de edad llamado Jonas Salk completó su
entrenamiento en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York.
Desde niño soñaba con ser abogado pero de alguna manera, entre su graduación
de la secundaria y su entrada a la universidad, su interés cambió de las
leyes de la tierra a las leyes de la naturaleza. De modo que decidió ser
doctor.

Quizás el cambio se debió a que su madre lo había desanimado sobre la
carrera de abogado. Años más tarde comentó: «Mi madre creía que no sería un
buen abogado, probablemente porque nunca le pude ganar en una discusión».

Sus padres, trabajadores inmigrantes, se sentían orgullosos cuando se graduó
como médico pues él era la primera persona en la familia en recibir una
educación.

Pero aunque escogió ser doctor, la verdadera pasión de Salk era la
investigación. Lo intrigaban las afirmaciones científicas contradictorias
que hacían dos profesores, lo que lo impulsó a estudiar inmunología,
incluyendo la investigación sobre la influenza.

Durante su segundo año en la escuela de medicina, cuando se le presentó la
oportunidad de pasar un año completo haciendo investigación y enseñando, no
la desaprovechó. «Al final de ese año», recuerda, «me dijeron que podía, si
quería, buscar un grado en bioquímica, pero preferí quedarme en medicina.

Creo que todo esto estaba ligado a mi ambición original, o deseo, que era
servir en algo a la humanidad, por así decirlo, en un sentido más amplio que
de uno a uno».

En 1947, Salk se convirtió en director del Laboratorio de Investigación de
Virus en la Universidad de Pittsburg. Fue allí donde comenzó a investigar el
virus de la polio. En aquellos días, la polio era una terrible enfermedad
capaz de incapacitar a quien la padecía y que cobraba miles de vida cada
año, siendo los niños las víctimas más frecuentes.

La epidemia de polio durante el verano de 1916 en Nueva York dejó 27.000
personas paralizadas mientras que otras 9.000 fallecieron. Después de ese
año, la epidemia se hizo algo tan común que cada verano miles de personas
escapaban de las grandes ciudades para tratar de proteger a sus hijos.

En la primera mitad del siglo XX, la investigación viral todavía se
encontraba en pañales. Pero en 1948, un equipo de científicos de la
Universidad de Harvard descubrió la manera de producir en el laboratorio
grandes cantidades de virus, lo que permitió que la investigación se hiciera
más amplia. Sobre la base de aquellos hallazgos científicos y otros trabajos
de vanguardia, Salk empezó a desarrollar una vacuna contra la polio.

Después de más de cuatro años de continuo trabajo, Salk y su equipo de la
Universidad de Pittsburg lograron desarrollar una vacuna en el 1952.
Hicieron algunas pruebas preliminares con personas que habían contraído la
polio y habían sobrevivido. Pero la verdadera prueba sería inyectar la
vacuna, que contenía células inactivas de polio, en personas que no habían
contraído la enfermedad.

Durante sus años de estudio, preparación e investigación, Salk había
mostrado su dedicación ayudando a los demás. Sin embargo, una cosa es creer
en algo que uno está haciendo y otra es comprometerse completamente con ese
algo. En el verano de 1952, Jonas Salk inoculó con su vacuna a voluntarios
saludables. Incluidos en ese grupo estaban él, su esposa y sus tres hijos.
¡Eso es compromiso!

El compromiso de Salk dio resultado. Las pruebas de la vacuna fueron
exitosas y en 1955, él y su ex mentor, el Dr. Thomas Francis, hicieron
arreglos para vacunar a cuatro millones de niños. En 1955 se habían
reportado 28.985 casos de polio en los Estados Unidos. En 1956, ese número
bajó a la mitad. En 1957 se registraron únicamente 5.894 casos. Hoy día en
los Estados Unidos, gracias al trabajo de Jonas Salk y los subsecuentes
esfuerzos de otros científicos como Albert Sabin, prácticamente no existen
casos de polio.

*Jonás Salk dedicó ocho años de su vida a derrotar el polio. Pero su
verdadero deseo era ayudar a la gente, lo que demostró más aun al decidirse
no patentar la vacuna que había creado. De esa manera, podría usarse para
ayudar a la gente en todo el mundo. Podría decirse que el equipo con el que
estuvo más comprometido fue con el de la humanidad.*



Muchos prefieren evadir los compromisos, pero sus vidas terminan ignoradas.
Solo quienes viven con compromiso verán el cielo abrirse. Comencemos por
comprometernos con Dios.

*Has amado la justicia y aborrecido la maldad; Por tanto, te ungió Dios, el
Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros. Salmo 45:7*

*Mi alma ha guardado tus testimonios, Y los he amado en gran manera. Salmo
119:117*
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario